Descubre el Origen y el Sentido del Día de la Presentación de la Virgen María

Cada 21 de noviembre, unos días antes del comienzo del Adviento, la Iglesia celebra la presentación de la Virgen María en el templo. La Iglesia quiso celebrar este evento, que no se encuentra en los Evangelios, para manifestar la santidad de la Virgen María desde su infancia. Ella es la Inmaculada Concepción, le dio su vida a Dios desde el principio. Al celebrar cada año el misterio de la Presentación de la Virgen en el Templo, la Iglesia quiere dar a todos los fieles la oportunidad de contemplar en María el modelo perfecto de las almas consagradas.

A continuación, Dias Festivos México les cuenta el origen de esta festividad cristiana y el sentido de su conmemoración.

Origen del día de la Presentación de la Virgen María

Difundida en Occidente en el siglo XIV, la presentación de María en el templo, es un episodio que no se encuentra en los cuatro evangelios. Sabemos poco sobre Maria y menos aún sobre su infancia. El Nuevo Testamento es, de hecho, bastante tacaño con la información sobre ella. No necesitas agarrar tu Biblia para saber más. Son dos textos apócrifos: el Protoevangelio de Santiago y el Evangelio de Pseudo-Mateo los que levantan parte del velo en este episodio de la presentación de María en el templo.

Después de que un ángel le anunciara el futuro nacimiento de María, Santa Ana habría jurado consagrar el niño al Señor. Por eso fue llevada, después de su nacimiento, a una casa santa a la que sólo tenían acceso las vírgenes de Israel. Luego, a la edad de tres años, fue llevada al Templo. Allí fue criada como una paloma y recibió alimento de la mano de un ángel. Esta es la leyenda que cuenta el Evangelio Protegido de Santiago.

La fiesta se celebraba en Oriente ya en el siglo VIII, e incluso tenía el carácter de una fiesta solemne. En el Este, el festival se denomina así: La entrada de la Madre de Dios en el Templo. Fue introducida en la Iglesia romana por un enviado del rey de Chipre que se alojó en la corte de los papas en Aviñón (1371). Sixto IV lo hizo obligatorio para la Iglesia universal en 1472. Pío V abolió la fiesta, pero fue restablecida unos años después.

Significado de la fiesta de la Presentación de la Virgen María

Es justo, al comienzo del tiempo de preparación para la Navidad, que nuestros pensamientos se dirijan a la Madre de Dios, cuya humilde y silenciosa expectativa debería ser un modelo para nuestra propia expectativa durante el Adviento. Acercándonos a María con nuestra oración, docilidad y pureza, formamos en nosotros mismos a Aquel que va a nacer.

Más allá de la conmemoración de la total devoción de la Virgen María a Dios, el día de la Presentación de la Virgen María honra a aquellos que, como María, consagran sus vidas a Dios. Honramos a los hijos de María que, a través de sus vidas ocultas, han llevado la luz y el calor de la Iglesia a todos los lugares. Que su ejemplo dé a todas las personas consagradas de la vida religiosa, especialmente a aquellas con las que vivimos y trabajamos, el valor para buscar la verdad, la fuerza para irradiar y llevar la luz y el calor de la Iglesia, y la capacidad de convertirse en moradas de la Presencia consoladora y compasiva de Dios en la tierra.

El Día de la Presentación de la Virgen María es una buena oportunidad para agradecer al Señor el don de todas aquellas personas que, en los monasterios y ermitas, consagran sus vidas a Dios en la oración y el trabajo silencioso.

María se nos aparece como la abanderada de la virginidad cristiana. Después de ella, vendrán innumerables legiones de vírgenes consagradas al Señor, en el mundo o a la sombra de los altares. María será su eterno modelo, su devota patrona, su guía segura en los caminos de la perfección.

Oración por la Presentación de la Virgen María

Santa Madre María, tú que desde temprana edad te consagraste al Altísimo,

aceptando desde una libertad poseída el servirle plenamente como templo inmaculado,

tú que confiando en tus santos padres, San Joaquín y Santa Ana,

respondiste con una obediencia amorosa al llamado de Dios Padre,

tú que ya desde ese momento en el que tus padres te presentaron en el Templo percibiste en tu interior el profundo designio de Dios Amor;

enséñanos Madre Buena a ser valientes seguidores de tu Hijo,

anunciándolo en cada momento de nuestra vida desde una generosa y firme respuesta al Plan de Dios.

Amén.