Descubre el Origen y el Sentido del Día del Nacimiento de la Virgen María

Cada 8 de septiembre, la Iglesia Católica celebra el nacimiento de la Virgen María. Esta fiesta muy antigua se remonta a los primeros días de la Iglesia. La fiesta de la Natividad de María es una ocasión para que los católicos rindan homenaje a la que tuvo el valor de decir sí, incondicionalmente, a Dios. A continuación, Dias Festivos México les cuenta el origen de esta festividad católica y el sentido de su conmemoración.

Donde nació la Virgen María ?

Según los textos antiguos, María nació a la sombra del Templo de Jerusalén, junto al estanque de Betesda. Fue en este lugar donde los creyentes de la época comenzaron su veneración. Otras tradiciones, menos explícitas, hacen de Nazaret o Belén el lugar de nacimiento de María.

De hecho, las Sagradas Escrituras no mencionan el lugar de nacimiento de María, la prima de Isabel, que vivía en Judea. Es principalmente en el Evangelio apócrifo de Santiago que se registra su nacimiento en Jerusalén. Este Protoevangelio de Santiago menciona a sus padres y el lugar de su nacimiento y proporciona ciertos elementos de su vida, que no están presentes en los textos bíblicos canónicos.

Hoy, en este lugar donde se dice que vivieron los padres de la Virgen, Ana y Joaquín, se encuentra la Iglesia de Santa Ana en Jerusalén. Construido por los cruzados, se ha convertido en un lugar de peregrinación para los creyentes de todo el mundo, que van allí cantando “Ave Marías”.

Cuál es el origen de la fiesta del nacimiento de la Virgen María ?

El origen de la fiesta de la Natividad de la Santísima Virgen en Oriente se encuentra en el sinasario de Constantinopla, que ya la marcaba el 8 de septiembre, según el decreto del emperador Mauricio (582 + 602).

Es probable que la Iglesia de Jerusalén fuera la primera en honrar la memoria de la Natividad de la Virgen María, que celebró en una basílica cerca de la piscina probatoria, en el lugar de la casa donde, según la tradición, nació la Santísima Virgen.

La Natividad de la Santísima Virgen se menciona en las homilías de Andrés de Creta (660-740): “Hoy, como en las bodas, la Iglesia está adornada con la perla inviolable de la verdadera pureza. Hoy en día, en todo el resplandor de su inmaculada nobleza, la humanidad, gracias a las manos divinas, recupera su estado original y su antigua belleza.

Los odios del pecado habían oscurecido el esplendor y los encantos de la naturaleza humana; pero cuando la Madre nace de quien es la Belleza por excelencia, que la naturaleza recupera en ella sus antiguos privilegios, se forma según un modelo perfecto enteramente digno de Dios.

Y esta formación es una perfecta restauración y esta restauración es una divinización y esta divinización, una asimilación al estado primitivo. Hoy, contra toda esperanza, la mujer estéril se convierte en madre, y esta madre, dando a luz a descendientes que no tienen madre, nacida ella misma de la infertilidad, ha consagrado todos los nacimientos de la naturaleza. Hoy ha aparecido el resplandor de la púrpura divina, hoy la desdichada naturaleza humana ha asumido la dignidad real.

Hoy, según la profecía, el cetro de David ha florecido junto con la rama siempre verde de Aarón, que, para nosotros, ha producido la rama de fuerza de Cristo. Hoy una joven virgen ha salido de Judá y David, llevando la marca del reinado y el sacerdocio de quien recibió, según el orden de Melquisedec, el sacerdocio de Aarón.

En una palabra, hoy comienza la regeneración de nuestra naturaleza, y el mundo envejecido, sometido a la transformación divina, recibe los primeros frutos de la segunda creación.”

En Roma se celebró la dedicación de la Basílica del Mártir Adriano, y no fue hasta el pontificado del Papa Sergio I (687-701) que encontramos un rastro indiscutible de la celebración de la Natividad de la Santísima Virgen donde el Papa, con sandalias, hizo una procesión desde la Basílica de San Adrián hasta la de Santa María la Mayor.

Los antiguos libros litúrgicos asignaban a esta fiesta los mismos cantos que a la solemnidad de la Asunción.

Benedicto XIV (1740-1758), en la Historia de los Misterios y Fiestas, cuenta que cada año, el 8 de septiembre, una persona solitaria escuchaba cantos celestiales; cuando preguntaba a Dios por qué, se le decía que era en honor del nacimiento de la Virgen María, que se celebraba en el Cielo, y que se le advertía de ello porque María había nacido para los hombres, y que debía procurar que esta fiesta se celebrara también en la tierra.

El Solitario fue al Papa que, según el relato de la visión, instituyó la Fiesta de la Natividad de la Santísima Virgen.

Que es el significado de la fiesta del Nacimiento de la Virgen ?

Todo es un milagro en la historia de la Santísima Virgen; su nacimiento no es una excepción, y aunque pobre a los ojos del mundo, se aparece a los ojos de la Fe rodeada de las más radiantes maravillas.

Por eso, la Iglesia grita con razón en este día: “Tu nacimiento, oh María, Madre de Dios, ha llenado a todos de consuelo y alegría, porque de ti nació el sol de la Justicia, Jesucristo, nuestro Dios, que nos sacó de la maldición en que estábamos sumidos y nos llenó de bendiciones; Él que, habiendo arruinado el imperio de la muerte, nos ha llevado a la Vida eterna”. »

Esta fiesta, de hecho, debe ser un júbilo universal, no es un feliz presagio para una ciudad o un pueblo, sino para toda la humanidad.

Como se celebra la fiesta de la Natividad de la Virgen María

Hoy en día, los cristianos ortodoxos celebran las Vísperas en la víspera del 8 de septiembre ( seguido a la mañana siguiente por una lectura del Evangelio que cuenta la historia de María, la Bendita, y oraciones.

Durante la fiesta de la Natividad de la Virgen María, los fieles son llevados a la presencia de la más alta santidad humana reconocida y venerada por la Iglesia, la de la Virgen María. Los textos leídos y las oraciones cantadas en esta ocasión iluminan mejor el significado del culto de la Iglesia a María.

Oración por la Natividad de la Virgen María

Padre Celestial, Tú has querido que en María se reflejase tu amor.

¡Gracias por habernos dado una madre tan perfecta!
Ella es para nosotros una nueva revelación
de todos los tesoros de bondad que se encuentran
escondidos en tu corazón paterno,
nos muestras hasta qué punto Tú eres bueno y dulce en tu amor.

Con su ternura y su solicitud, ella nos hace conocer
el afecto delicado y vigilante que te une a Tí con nosotros,
puesto que toda la fuerza de tu amor materno desciende
a ella de tu corazón de Padre.

En María no hay nada que no le haya sido dado
expresamente por Tí: ella trae a nosotros tú imagen,
nos hace descubrir tu rostro de amor.

Sin el consuelo de su presencia y la continuidad de
sus atenciones, nos faltaría una de las pruebas más
evidentes de que Tú estás continuamente cercano a
nosotros, para sostenernos, consolarnos, y protegernos.
Su mirada bondadosa y su inmensa piedad para
con los pecadores, como somos nosotros, nos invitan
a creer que tu misericordia es inconmensurable y
que no se deja vencer por la ingratitud y por la maldad.

María nos muestra cómo Tú nos amas y nos impulsa
a confiarnos completamente a tu amor.

¡Te damos gracias porque te agrada manifestarte
y darte a nosotros a través de ella!

Amén.